MALLORCA, la isla de los mil tesoros... por descubrir


Empieza la aventura hacia nuevos lugares, rincones y paisajes llenos de sorpresas... ¡¡¡Bienvenidos!!!

¡¡¡ Bienvenidos !!!

Ya está confirmado el vuelo que os traerá a la maravillosa isla de Mallorca.
Con la compañía EasyJet saldreís el miércoles 2 de Julio del aeropuerto London Gatwick a las 18.05h (hora local) llegando al aeropuerto de Palma a las 21.20h.

Cuando hayaís recogido vuestro equipaje os estaremos esperando en la salida de pasajeros y cuando estemos todos listos cogeremos el autobús que nos ha habilitado el hotel donde nos vamos a hospedar. El hotel, del que más tarde os daré más detalles, nos obsequiará con una cesta de bienvenida con frutas frescas de temporada típicas de la zona.

¿Qué mejor forma de empezar a sentir el sabor del Mediterráneo?

El Molino

Nuestro hotel se encuentra en Deià, a unos 40 km de Palma. Tanto su nombre - Es Molí (El Molino, en castellano) - como el paraje donde se encuentra son muy sugerentes. Rodeado de naturaleza gracias a sus 15.000m2 de jardines en el que se dan especies de plantas exóticas, podemos encontrar una piscina que contiene agua de su propio manantial.

El nombre Es Molí tiene historia: Una parte del actual hotel era antiguamente la finca de la familia Masroig des Molí. En el bar se pueden apreciar todavía huellas de aquella época.
Las 87 habitaciones de las que dispone el hotel están previstas de todas las comodidades de un gran hotel, desde las vistas al mar y a las montañas a servicio de habitaciones, teléfono, televisión vía satélite y mucho más…

En los alrededores del hotel encontramos la cala La Muleta reservada exclusivamente para los clientes. Aquí encontraremos todo lo necesario para disfrutar del sol y el mar: aguas cristalinas, equipamiento para buceo, cómodas tumbonas, vestuarios y ducha de agua dulce.

Sin duda, en Es Molí encontraremos la calma después de un día de excursión y podremos recargar energías con los múltiples servicios que nos ofrecen.

Rincones privilegiados del valle

Nuestra primera excursión nos conducirá por los más bellos rincones del famoso valle de los cítricos. Recorriéndolos descubriremos unos paisajes de ensueño bajo un suave perfume de azahar.
Nuestra ruta nos invitará a conocer algunos de los pueblos con mayor encanto del valle como son Sóller, Binibassí, Fornalutx y Biniaraix.

1º parada: Sóller y su aroma a azahar

Nuestra ruta tiene como punto de partida la bella localidad de Sóller. Famosa por sus huertos de cítricos y olivos milenarios esta población, que yace en un gran valle fértil, estuvo separada hasta 1997 del resto de la isla por la Sierra de Tramuntana.
Sus ricas casa modernistas, el tranvía y el ferrocarril que todavía funcionan, nos hablan de una ciudad que fue una importante capital de la industria textil y exportadora de cítricos.
En nuestro camino podremos disfrutar de esta localidad paseando por su casco antiguo donde, alejados del tránsito de vehículos, descubriremos calles acogedoras y llenas de grandes valores artísticos indiscutibles.

Al despedirnos de la localidad avanzaremos por un camino que nos dirigirá hacia la pequeña aldea de Binibassí.

A lo largo de este paseo disfrutaremos de unas maravillosas vistas sobre la villa y el valle de Sóller. Un mundo natural de rica y variada vegetación aparecerá ante nosotros, en un desordenado jardín de naranjos y caquis, afilados cipreses, altas araucarias, esbeltas palmeras y pinos de grandes copas.

2º parada: Binibassí, la aldea silenciosa

La serena aldea de Binibassí está formada por un conjunto de pequeñas casas cubiertas de vegetación que, en el siglo XIV, pertenecieron al noble y poeta Guillem de Torrella. Aquí tendremos el placer de conectar con la vida más rural y ser testigos de los sonidos del silencio.

Al despedirnos de Binibassí continuaremos nuestro recorrido por delicados senderos rumbo a Fornalutx.

3º parada: Fornalutx, el pueblo más bonito de España

Al acercarnos a Fornalutx seremos espectadores de excepción de una preciosa vista panorámica de todo el valle, con el pueblo a los pies de la montaña, rodeado de naranjos y limoneros.

Esta localidad cautiva con su tradicional arquitectura, estrechas y empinadas calles, escaleras llenas de flores y, sobre todo, su ambiente tranquilo.

Cuando paseemos por sus calles no nos extrañaremos que a Fornalutx le hayan otorgado durante dos años consecutivos “El pueblo más bonito de España”.

Les teules pintades de Fornalutx

La belleza de su localidad va más allá de lo que nos muestra a primera vista.

Allí en lo alto, en los aleros de las casas de piedra inmaculadas, encontramos las huellas de una antigua tradición, la de una forma de arte y rito que pervivió durante más de tres siglos: las tejas pintadas de Fornalutx.
Al principio, hay que aguzar la vista para encontrarlas pero, una vez vistas, aparecen por todas partes. Tan misteriosas como intrigantes, unas veintiocho casas del pueblo ostentan estas tejas pintadas.
Desde personas hasta animales, pasando por signos religiosos o símbolos astrales, su existencia se reduce a un puñado de pueblos de la Península Ibérica.
El color predominante es el rojo; algunos fueron pintados ya en el siglo XVI, mientras que los más recientes datan de principios del siglo XIX. Es posible que fueran diseñados por el dueño original de la casa y pintados por el maestro albañil o por un miembro de la familia.
Su objetivo principal, excluyendo su carácter decorativo, era proteger el edificio y sus ocupantes de cualquier desgracia que pudiera ocurrirles. Desde el mal tiempo hasta los infortunios amorosos... a medida que las creencias de los habitantes cambiaban, lo hacían los diseños.


4º parada: Biniaraix

Dejando atrás el pueblo de Fornalutx, el paseo continúa junto a una acequia que canaliza el agua procedente de las montañas, y que desciende por el barranco de Biniaraix, un cercano torrente ocupado por una exuberante vegetación. Al cruzar este torrente iniciaremos el ascenso hacia Biniaraix.

Esta pequeña población cuenta con un paisaje excepcional llena de casas construidas en piedra y jardines. En el pueblo podemos encontrar los lavaderos donde en otros tiempos las mujeres de Biniaraix hacían la colada.

¿Hambrientos después de tanto caminar? ¡¡¡Seguro que sí!!! Es hora de volver a nuestro punto de encuentro y concedernos un buen premio en forma de comida para reponer fuerzas y descansar un poquito (que también nos lo merecemos).

Bens d’avall

La cita culinaria la tenemos en el restaurante Bens d’Avall de Sóller, un lugar idílico y único donde podremos degustar productos frescos y exquisitos de la tierra.
El restaurante se encuentra sobre un acantilado, en lo alto de una pequeña cala acogedora y plácida, pero salvaje.


Al dueño, Benet Vicens, le corre por las venas sangre mallorquina y francesa. Desde muy pequeño se interesó por la gastronomía, también heredado por sus padres que tenían un restaurante, y se sintió motivado a crear una nueva cocina balear que modernizaría la tradicional utilizando la abundancia de productos frescos de primera calidad que se encuentran en la localidad. A través de los años, ha creado una cocina distintiva, exclusiva y deliciosa con sabores y aromas bien definidos y conocidos. Hoy en día, Benet y su esposa, Cati regentan el restaurante Bens d’Avall.
El menú degustación se compone de los siguientes platos:

  • Snacks
  • Gambas a la parrilla
  • Tempura de jonquillo. El jonquillo es una especie de chanquete, muy blanco y exquisito
  • Sopas mallorquinas, realizadas con verduras de la huerta
  • Arroz brut. Es un arroz caldoso y especiado, cocinado originalmente con productos de la huerta, carne y caza, además de embutidos de la zona, como la sobrasada o el butifarrón
  • Pescado del día, espárragos y cítricos de Sóller
  • Carne mallorquina del mes con verduras de producción ecológica
  • Quesos frescos de oveja roja con contraste
  • Sablée de limones y merengue helado. El sablée es una masa de repostería hecha de harina, mantequilla, vainilla y huevo
  • Petits Fours, o lo que es lo mismo, un surtido de frivolidades dulces.

Realmente tentador, ¿no creéis?


¡¡¡Bon appetit!!!

Una tarde con sabor a mar

Nuestra primera tarde nos llevará a las orillas del mar para ser testigos de las idílicas playas de Sóller, Sa Calobra y el Torrent de Pareis.